El paciente diabético en diálisis deberá vigilar la ingesta de hidratos de carbono y controlar los niveles de azúcar en sangre.
La diabetes hace referencia a un grupo de patologías metabólicas en las que la persona tiene un alto contenido de azúcar — o glucosa — en sangre. Sucede cuando el páncreas no es capaz de producir insulina suficiente o cuando las células del organismo ya no responden como deberían a la insulina que produce el organismo.
La insulina es una hormona que produce el organismo y que se encarga de regular la concentración de azúcar en sangre. Cuando un paciente padece de diabetes, el cuerpo no es capaz de regular estos niveles y, por este motivo, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo.
Dado que la insulina es una proteína, en el caso de que se ingiriese en forma de comprimido, se descompondría durante la digestión. Por ello, los pacientes diabéticos deben administrársela mediante una inyección subcutánea.
Como se puede observar, la insulina desempeña un papel fundamental en la diabetes. Esta hormona es necesaria para convertir los azúcares, el almidón y otros alimentos en la energía que necesitan nuestras células para funcionar. Cuando esta conversión deja de producirse, las células no obtienen la energía que precisan y el azúcar se acumula en la sangre, lo cual resulta dañino para nuestra salud. Si bien este daño no se produce de manera inmediata, existe el riesgo de que se produzcan complicaciones a largo plazo que tienden a desarrollarse después de un período de alrededor de entre 10 y 20 años.
El daño a largo plazo provocado por tener un alto nivel de azúcar en sangre durante largos períodos de tiempo puede afectar a los ojos - y provocar problemas de visión y ceguera -, a los nervios - insensibilidad en los pies, piernas y brazos -, al corazón - ateriosclerosis y otras patologías afines — y a los riñones.
La diabetes es la principal causa de enfermedad renal crónica (ERC) y afecta a millones de personas en todo el mundo. Aproximadamente el 50 % de los pacientes de diálisis de Fresenius Medical Care son diabéticos.
Si vive con enfermedad renal diabética, es extremadamente importante mantener el control y el cuidado tanto de su diabetes como de sus riñones para que pueda estar lo más saludable posible.
La enfermedad renal diabética se refiere a una disminución de la función renal que ocurre en algunas personas que tienen diabetes. La diabetes es un factor de riesgo de enfermedad renal. Con el tiempo, los niveles altos de azúcar en la sangre pueden hacer que los pequeños vasos sanguíneos del riñón se estrechen y se obstruyan. Sin suficiente sangre, los riñones se dañan.
La diabetes también puede causar daño en los nervios de su cuerpo. Si los nervios de la vejiga están dañados, es posible que no pueda sentir cuándo está llena. La presión de una vejiga llena puede dañar los riñones. Si la orina permanece en la vejiga durante mucho tiempo, es posible que contraiga una infección del tracto urinario. Esto es causado por bacterias que crecen rápidamente en la orina cuando el nivel de azúcar es alto. En ocasiones, estas infecciones pueden propagarse a los riñones.
Las personas con diabetes también pueden desarrollar presión arterial alta. Esta es otra de las principales causas de ERC. Si le diagnostican una enfermedad renal, es importante saber que puede tomar medidas para controlar la ERC.
La enfermedad renal y la enfermedad renal diabética comparten síntomas similares. Es poco probable que tenga síntomas de enfermedad renal diabética temprana. Los síntomas pueden comenzar con sensación de cansancio o tener menos energía de lo habitual.
A medida que avanza la enfermedad, los signos de enfermedad renal diabética pueden incluir: