Todos estamos muy acostumbrados a comprar alimentos precocinados. Si necesita evitarlos, compre alimentos frescos; por este motivo, tendrá que emplear un poco más de tiempo en la cocina para cocinar los alimentos, en lugar de tener simplemente que calentarlos o abrir el envase.
Los postres envasados, por ejemplo, se suelen elaborar con leche en polvo, que contiene una gran cantidad de fósforo. Un truco muy sencillo a la hora de preparar postres: utilice 1/3 de nata y 2/3 de agua en lugar de usar leche y consumirá mucho menos fósforo.
Otro ejemplo: las salchichas. No todas las salchichas tienen fósforo añadido. Si tiene la posibilidad de comprarlas frescas en la carnicería, siempre podrá pedir salchichas que no contengan o que tengan una baja cantidad de fósforo añadido. O a la hora de elaborar pan y tartas: utilice simplemente bicarbonato en lugar de la levadura habitual en polvo.