Esta enfermera intenta que la vida laboral de su personal sea lo más fácil posible, “ya que en el aspecto económico no puedo hacer nada, intento adaptar las plantillas mensuales lo mejor posible, por ejemplo”.
Al pedirle que describa el perfil del paciente renal, Mayka dice que, como este tratamiento requiere que el paciente acuda al centro de diálisis 3 veces por semana, “es normal que estos pacientes sean muy demandantes. Además, como suelen tener otras patologías, sienten que somos su ‘centro de salud’ y todo nos lo consultan. Requieren nuestra atención en todo su ámbito no solo en la diálisis. Lo bueno es que en este centro tenemos psicólogos, trabajadores sociales, nutricionistas… Estamos muy pendientes de ellos, porque esto termina siendo como una familia. No creo que exista en el mundo un tratamiento de diálisis mejor que el que ofrece Fresenius. Además, cuando vienen de otros centros o se dializan temporalmente en otros lugares se nota porque se descompensan mucho”.
Mayka empezó a trabajar en el Centro de FME Ronda Sur y, cuando se cerró, pasó al centro de El Palmar. Allí trabajan unas 60 personas, 50 de ellas están bajo su supervisión, y se atienden a unos 190 pacientes. Reconoce que su teléfono nunca para, porque siempre hay cosas que resolver o pensar. Sin embargo, desde la pandemia, ha aprendido a desconectar en sus vacaciones de verano, algo que antes no hacía.
Con una hija de 10 años, a la que lleva por las tardes a inglés, baile moderno y ayuda con los deberes… se ríe cuando se le pregunta por su ‘tiempo libre’. “Tengo poco, la verdad, y el que tengo lo aprovecho para salir a tapear con los amigos o ver el fútbol [es madridista]”. Su afición por el Real Madrid ha hecho que su última escapada haya sido a Madrid, “para ver las obras del Santiago Bernabéu”.
Cuando tiene un rato, le gusta ver películas basadas en hechos históricos y también le encanta la saga de El Padrino. “La he visto varias veces, pero en casa: yo soy de cine y sofá”.